Chema Monje – Psicólogo. Colaborador externo del Instituto Séneca

El trabajo es una realidad universal en la vida de las personas, entendiendo el mismo como una actividad que desemboca en la creación de un producto o en la consecución de un servicio.

Marca nuestra existencia desde edades muy tempranas, donde la formación es esencial para nuestra preparación al mismo. En edad laboral, ocupa gran parte de nuestro tiempo y acompaña nuestro desarrollo personal. En la vejez, se reflejan las huellas de tantos años de acción.

Avanzar hacía una corriente de salubridad y protección física, mental, emocional y social en el trabajo toma fuerza en nuestros días, donde los cambios son constantes, la velocidad vertiginosa y los tiempos en crisis parecen no tener fin.

¿Qué es el bienestar laboral?

La OMS lo define como aquellas medidas que las empresas promueven en la búsqueda de la salud, la seguridad y el bienestar de sus trabajadores.

Los riesgos psicosociales derivados del trabajo son cada vez más habituales y el desgaste de las personas en este ámbito un hecho incuestionable.

Puestos directivos, mandos intermedios, trabajadores con mayor o menor cualificación, y en general todo aquel participante directo o indirecto de la acción laboral en las empresas, son el objetivo del plan en la búsqueda de la armonía y el equilibrio en todas sus necesidades.

Bienestar laboral

¿Cómo ponerlo en práctica?

Las empresas tienen mecanismos para implementar herramientas que favorezcan la satisfacción de sus trabajadores en relación a sus condiciones personales, económicas, intelectuales, sociales u otras.

Una reorganización del trabajo, una adaptación de puestos, un correcto sobredimensionado de la plantilla con respecto a la carga de trabajo, una alineación de los objetivos de la empresa con la de sus empleados, programas de reconocimiento o un liderazgo adecuado, son algunos de los instrumentos que la empresa debe manejar para ser un buen y seguro lugar para trabajar.

Sin embargo, todo empieza en las personas. Cada uno de nosotros, tengamos el puesto, cargo, responsabilidad o rol que tengamos, podemos sumar. Nos corresponde trabajar duramente en mejorar nuestra empatía, en luchar por una forma de comunicarnos más limpia y sin acritud, sanar nuestra mente derumiaciones, tener una buena filosofía de vida, pensar antes de actuar o, entre muchos más, derribar prejuicios.

¿Qué efectos tiene?

El mayor de los impactos en un entorno de bienestar laboral tiene que ver con el disfrute. A partir de aquí, nuestros problemas serán retos, la adaptación a los cambios una oportunidad y la integración en el proyecto total.

Un aumento de la calidad del negocio, un marcado sentido de la responsabilidad y el compromiso, garantizar un lugar de trabajo seguro o el despegue de la productividad y el desempeño personal y organizacional, por citar solo algunos, serán los resultados de un ambiente sano y un clima positivo, favorable y honesto.

Merece la pena intentarlo. Ánimo.